La adolescencia es una etapa crítica de la vida donde el cuerpo cambia rápidamente y es vulnerable a la exposición a sustancias químicas. Debido a que las pruebas sugieren que las semillas del cáncer de mama pueden plantarse temprano en la vida, el estudio de Exposiciones en la vida inicial en Adolescentes Latinas (ELLA) espera descubrir si la exposición a sustancias químicas ambientales comunes durante la pubertad produce cambios en la mama que podrían aumentar las posibilidades de que las jóvenes desarrollen cáncer de mama en el futuro.

En las últimas décadas, miles de productos químicos sintéticos han pasado a ser parte de nuestro entorno a través de productos de consumo diario y de fuentes industriales. Muchas de estas sustancias químicas son disruptores endocrinos que imitan las hormonas naturales del cuerpo, y varias de ellas han sido asociadas con el riesgo de cáncer de mama.

El estudio ELLA se apoya en un estudio existente que involucra a 500 niñas latinas en Santiago, Chile. Las niñas, que están en los primeros años de la adolescencia, son únicas porque los investigadores han estado trabajando con ellas desde que tenían cuatro años, recopilando datos sobre sus metas del crecimiento, como el desarrollo de los senos y la edad de la primera menstruación. Por medio de muestras de orina y sangre, los investigadores están midiendo la exposición de las niñas a tres disruptores endocrinos diferentes:

  • PFOA (ácido perfluorooctanoico): productos químicos altamente fluorados comúnmente utilizados para envasar alimentos en las capas antiadherentes de los utensilios de cocina.
  • BBP (butilbencilftalato): un tipo de ftalato que se encuentra en plásticos flexibles y pisos de vinilo
  • Zeranol: una hormona sintética ampliamente utilizada en la industria bovina de Estados Unidos y Chile

A continuación, las niñas se someten a imágenes de senos tomadas con una innovadora técnica de imágenes de rayos X de baja dosis llamada  absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) para determinar si la exposición a dichas sustancias químicas produjo cambios en la densidad de los senos. Los estudios han demostrado que las mujeres con más densidad mamaria tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Paralelamente, también se están llevando a cabo experimentos con animales para entender mejor los efectos biológicos de estas tres sustancias químicas, tanto solas como en combinación, durante el desarrollo de las glándulas mamarias y en la activación de genes asociados con el crecimiento de tumores. Experimentos como estos permiten a los científicos determinar con mayor precisión si la exposición a sustancias químicas en las primeras etapas de la vida causan a cambios persistentes en el tejido mamario que aumenten la susceptibilidad al cáncer de mama.

Se informará a los padres de las niñas inscritas de los resultados del estudio ELLA. Estos informes personalizados incluyen información sobre los niveles de exposición de las niñas, así como información general sobre las tres sustancias químicas, las posibles implicaciones para la salud, dudas científicas y estrategias para reducir la exposición a sustancias químicas a través de una vida más sana. Al conectar el proyecto con grupos de defensa del medio ambiente y el cáncer de mama en Estados Unidos, el estudio de ELLA está trabajando para plasmar sus hallazgos en cambios personales y de normativas que promuevan la salud y, en última instancia, prevengan el cáncer de mama.

ELLA es una colaboración entre investigadores de UCLA Fielding School of Public Health, Silent Spring Institute, Fox Chase Cancer Center, y la Universidad de Chile. El proyecto es uno de siete trabajos a nivel nacional financiado por el Programa de Investigación del Cáncer de Mama y el Medioambiente (BCERP), un programa de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), centrado en la prevención del cáncer de mama y la salud ambiental.