El Programa de Investigación del Cáncer de Mama y el Medioambiente (BCERP), que financia nuestro proyecto Exposión Temprana en Adolescentes Latinas (ELLA), fue destacado en un artículo reciente publicado en Perspectivas de Salud Ambiental (EHP) como uno de los institutos líderes en la investigación del medio ambiente y el cáncer de mama.
Uno de los desafíos para determinar el riesgo de una mujer de desarrollar cáncer de mama es el hecho de que la enfermedad puede presentarse varias décadas después de la exposición a sustancias potencialmente nocivas. El BCERP y sus predecesores, se crearon con el fin de entender mejor la influencia de las exposiciones ambientales durante períodos críticos de desarrollo, también conocidos como ventanas de susceptibilidad (en el útero y durante la pubertad), y de qué manera esto puede influir en el riesgo de contraer una enfermedad con la edad.
Según la Dra. Julia Brody, directora ejecutiva del Silent Spring Institute y co-investigadora principal de ELLA, a quien se cita en el artículo de EHP, el aumento de fondos para estas iniciativas de investigación se debió a que los científicos se dieron cuenta de que “las exposiciones durante la infancia eran muy importantes y que era demasiado difícil determinar de manera retrospectiva las exposiciones ambientales de las mujeres que estaban desarrollando el cáncer de mama hoy».
Además de nuestro estudio ELLA, el artículo de EHP también menciona otros proyectos destacados: Long Island Breast Cancer Study Project, Sister Study, y Two Sister Study. Colectivamente, estos proyectos han hecho un seguimiento de miles de niñas y mujeres para evaluar cómo la exposición a sustancias químicas ambientales altera el riesgo de contraer una enfermedad. El objetivo de todos estos proyectos es aclarar cómo se puede reducir la tasa de incidencia del cáncer de mama a través de medidas preventivas basadas en la ciencia.
“Aunque las tasas de mortalidad por cáncer de mama han disminuido drásticamente en las últimas décadas, hoy día las tasas de incidencia rondan alrededor de 130 por 100.000, cifra que se alcanzó por primera vez a fines de la década de 1980. Además, el cáncer de mama también afecta hoy a aproximadamente a 1,25 de cada 100.000 hombres en Estados Unidos, un 25% más que hace 30 años. Por eso, la prevención es una pieza fundamental de un rompecabezas que aún no se ha podido resolver.
En 2008, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley de Investigación Ambiental y Cáncer de Mama que estableció entre otras disposiciones el establecimiento del Comité Coordinador Interagencial de Investigación Ambiental y Cáncer de Mama (IBCERCC) En 2013, este grupo Interagencial de representantes gubernamentales, académicos y defensores emitió recomendaciones para el futuro de la investigación del cáncer de mama. La prioridad más importante sugerida fue la prevención, marcando una ruptura con el énfasis previo hacia el diagnóstico y el tratamiento.
Para obtener más información sobre los programas principales de investigación del cáncer de mama en los Estados Unidos que se centran en el medio ambiente y la prevención, puede leer aquí el artículo completo.
Crédito de la imagen: Instituto Nacional del Cáncer (célula de cáncer de mama)